Strait of Magellan & Chilean Fjords

lunes, 17 de junio de 2019


Biscocho y Papaya en el “Azamara Pursuit”
(Jaime Barrientos Proboste-Capitán de Alta Mar)



El tenedor que tenía en mi mano derecha con el cual había pinchado una porción de torta de biscocho y papaya, no alcanzó a llegar a mi boca porque tuve que responder a la pregunta que alguien me hizo en ese preciso momento. La señora que ya pasaba los 80 años de edad y que a su vez había servido su plato extendido con algunos bocados de comida china muy bien elaborados y presentados, cuando se acercó a la mesa donde yo estaba cenando, me dijo con una sonrisa en sus labios y su cara color de rosa pálida:

-      ¿ha comenzado usted a cenar comiendo el postre primero?

Yo también sonreí y le respondí que no, diciéndole:

-      Es que ya comí lo salado y ahora estoy disfrutando este trozo de torta, pues me encantan aquellas de biscocho.

A continuación agregué, como intentando que comprendiese mejor el hecho a esa hora de la tarde, pero temprano todavía para cenar:

-      Es que yo soy uno de los Prácticos de Canales que está a bordo para hacer nuestro trabajo de navegación dentro de la zona del mar interior de nuestro país. Vine a comer porque debo trabajar esta noche, dentro de pocas horas. Dormiré un breve rato y luego iré al Puente de Gobierno.

-      Ella, entonces me preguntó: ¿es usted chileno, dónde vive?

-      Sí, lo soy y vivo en Viña del Mar, Valparaíso.

Mientras ella trataba de ubicar en su memoria el lugar que le dije, me adelanté y le señalé que es una región ubicada a 120 kilómetros hacia el oeste de Santiago, la capital del país.

-      Ah, me respondió y se alejó sonriendo otra vez…

“Azamara Pursuit” en Muelle Prat - Punta Arenas, Chile

Gastón, mi colega de trabajo y yo nos embarcamos en el “Azamara Pursuit”, allá bien al sur de la región austral del cono sur de Sudamérica; en el puerto argentino de Ushuaia, aquel que se encuentra en la mitad oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego y en la ribera norte del Canal Beagle. Luego de pasar por el puesto de control de la nave ubicado en el muelle, cerca del portalón o escala real, subimos a la nave con nuestro equipaje y llegamos al siguiente lugar de control de paso hacia el interior del buque. Pasamos por el dispositivo de control de metales mientras un hombre joven de rasgos orientales nos guiaba al mesón de recepción. Allí se nos entregó la tarjeta con cinta magnética de acceso a nuestras habitaciones  y a continuación nos dirigimos a las cabinas asignadas. Luego, fuimos al Puente de Gobierno donde nos recibió el oficial de guardia y esperamos allí al Capitán de la nave, a quien ya se le había informado de nuestra llegada. Al poco rato aparecieron dos hombres amables que nos saludaron estrechando su mano con las nuestras. El primero de origen de la Gran Bretaña; de la Isla de Hombre, y al mando de la nave, acompañado del oficial que lo secundaba en el mando de origen helénico, de la tierra de los grandes filósofos de la historia universal.
Llegamos temprano a bordo, considerando que la nave zarparía recién a una hora cercana a la medianoche, lo cual difería de lo que se nos había informado al momento de conocer que pilotearíamos esa nave.
    Práctico de Canales Gastón Massa y Oficiales del “Azamara Pursuit”

En todo caso el asunto no tenía ninguna trascendencia en la realización del trabajo para el cual habíamos sido convocados.
A esa hora del día, que no era muy temprano pues restaban menos de dos horas para que el sol estuviese en el cenit del lugar, o sea, casi justo en la posición sobre nuestras cabezas, el momento de almorzar era el siguiente paso a seguir.
Tuvimos más de doce horas para acomodarnos y recorrer la nave y también para darnos cuenta de donde se encontraban las dependencias comunes de la misma, aquellas dispuestas para  todos los huéspedes donde nosotros también tendríamos acceso cotidiano durante nuestra estadía de trabajo a bordo.

    Glaciar Garibaldi, Cordillera Darwin – Tierra del Fuego, Chile

El glaciar Garibaldi que se encuentra al fondo del fiordo del mismo nombre y que se descuelga desde la Cordillera Darwin por su costado sur, mostraba una de sus mejores caras en un día medianamente soleado, pero suficiente para matizar con su luz el prístino paisaje compuesto por elevadas cumbre, bosques de lengas y ñirres  los cuales, sumados a la majestuosidad e inmensidad del hielo acumulado por miles de años, daban una imagen al visitante difícil de olvidar. Los hielos desprendidos de la masa que habían sido parte de ella, flotaban por doquier alrededor de la nave que se movía lentamente al paso de la nave. Cuando llegamos a un punto de distancia prudente al murallón de hielo, el Capitán reasumió el control de la navegación para gobernar la nave a su antojo y permitir la observación del paisaje a los pasajeros ubicados en distintos sectores del buque, tanto desde las cabinas como de otras dependencias que acomodaban a los pasajeros a bordo.

El agua, en sus diferentes estados en que la conocemos, siempre ha producido agrado al ser humano. ¿Será porque nuestra necesidad de ella es tan imperiosa para nuestra existencia? Como sea, existe un vínculo estrecho entre el hombre como especie, y el vital elemento que sustenta también la vida de todos los otros seres vivos que se encuentran en el planeta que habitamos. Ahora, estando frente al glaciar, una parte de nuestra mente y también en ese lugar de nuestro cerebro en que se nos revela la conciencia de existencia en este mundo, esa en que se definen nuestros sentimientos, se expresaba de alguna forma en especial para cada uno de las personas allí, al estar frente a un paisaje que constituía un espectáculo particular, la imagen de todo el cuadro frente a nuestros ojos se convertía en una para guardar en la memoria.

Pasan los días a bordo, dentro de un medio ambiente natural que caracteriza a la Patagonia de Chile, en el cono sur de Sudamérica. Las escenas que van sucediéndose una a otra cautivan las miradas y deslumbran a los visitantes que se han aventurado por esta región del mundo. Es una oportunidad imperdible para borrar y olvidar aquello que está en la mente y produce cansancio y pesar. Ahora es momento para limpiar la memoria -en la medida de lo posible- al igual que se hace con ciertos dispositivos electrónicos que ya son parte de la vida de las personas.
Mientras la nave avanza en su desplazamiento hacia el norte, en búsqueda de más sorpresas y satisfacciones que el viaje promete, hay tiempo disponible en abundancia para compartir la conversación con todos los que están dispuestos para ello. Así, las parejas de hombres y mujeres, los pequeños grupos de los mismos y aun los que se han apartado solos para vivir parte  de su vida en un entorno físico distinto por casi dos semanas, tienen variadas opciones a su disposición para hacerlo realidad.



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