“Latinos
de Asia”
(Jaime Barrientos Proboste-Capitán de Alta Mar)
La
única vez que estuve en Filipinas en mi condición de marino mercante fue en el
mes de Mayo de 1976. En esa ocasión yo era un principiante dentro de los pocos
chilenos que escogen o llegan por otras causales de la vida a tripular un buque
de la marina comercial chilena.
La
motonave “Arica” de propiedad de la Compañía Chilena de Navegación
Interoceánica, tenía tráfico comercial regular desde la costa oeste del
continente americano hacia el lejano oriente. Esto significaba que dos de sus
naves (la otra se llamaba “Andino”) recalaban periódicamente en puertos de
Chile, Perú, Ecuador, Méjico, Estados Unidos y Canadá para luego de 15 días de
navegación cruzar el Océano Pacífico y arribar a puertos de Japón, Corea del
Sur, Hong Kong, Taiwán y Filipinas. Años más tarde, les correspondió al
“Atacama” y Arauco” efectuar la misma ruta de comercio internacional.
Manila,
ciudad donde se ubica el principal puerto de la tierra de José Rizal –el más
destacado y reconocido personaje de ese país asiático que con su pluma fue
capaz de liderar actos de orden independentista- me permitió durante 5 días de
estadía allí, obtener un pequeño conocimiento de su cultura y amistosa conducta
de sus habitantes. Esto último, en la actualidad se ha visto acrecentado por
las múltiples ocasiones en que me ha correspondido tripular distintos tipos de
buques mercantes –en mi condición de Práctico de Canales- durante los últimos
16 años.
Los
marinos mercantes filipinos, con el correr de los años han logrado posicionarse
muy bien en el ámbito del transporte marítimo y paso a paso, han ido ocupando
plazas de trabajo en compañías navieras que hace 30 años solo empleaban a Oficiales
oriundos de sus propios países, vale decir: alemanes, ingleses, noruegos,
suecos, etc. Lo usual era que solo los tripulantes (marineros), tenían acceso a
ser parte de la dotación empleados en naves de su propiedad. En el pasado,
también se opinaba que eran poco competentes en su desempeño a bordo, por lo
que se pensaba que estaban destinados a ser siempre marinos mercantes de menor
categoría. En esos años, muchos otros navegantes de distintas naciones, se
referían despectivamente a ellos llamándoles con un término que pretendía dar
cuenta de una condición de sub-humana tratándoles de “philipino monkey”, siendo
usual escuchar esa expresión a través de comunicaciones de radio VHF durante
salidas o llegadas de las naves en algún puerto del mundo y aún en medio de los
océanos del mundo.
Hoy,
eso ha cambiado radicalmente. No ha sido fácil para ellos ganarse un sitial
dentro del quehacer económico marítimo, pero lo han logrado. Tanto así, que
diversos buques mercantes que surcan los mares del mundo y de pertenencia de un
variado origen de naciones de sus armadores (dueños), en el día de hoy están al mando de Capitanes
de esa nacionalidad asiática.
Claro,
hay que decirlo, ellos tienen un capital de trabajo que abre cerrojos de puertas
a veces muy difíciles de cruzar: el idioma inglés. En esto, la contribución de
Estados Unidos, se convirtió en el mayor activo cultural y de trabajo que una
nación tan lejana a ella -en el aspecto geográfico- les haya brindado nunca.
De izquierda a derecha: Primer Oficial,
Timonel, Cadete - MN Skelt
Por
otro lado, la permanencia por más de 300 años de colonizadores españoles, tras
la llegada de don Hernando de Magallanes a sus costas en el siglo XVI, les otorgó
también aspectos de orden cultural y religioso que les asemejan a las naciones
al este de la cuenca del Pacífico. Hay que decir también, que la lengua
española, si bien estuvo muy presente y fue aprendida en las escuelas hasta
mediados del siglo XX, hoy solo es un vestigio en la sociedad de esa nación.
Camaradería entre filipinos y chilenos
(Prácticos de Canales: Huidobro y Barrientos)
Filipinas
ha sido, es y será un semillero de marinos mercantes muy apreciado por la
industria naviera mundial, ante lo cual ellos se han aplicado cada vez más
cautelando así fuentes de trabajo por las cuales compiten gente de otras
naciones como: India, Myanmar, Indonesia y otros que desde hace poco tiempo se
han ido introducido también en el amplio mundo del transporte por mar: los
chinos de la República Popular. Todos ellos, sin excepción, deben nivelarse con
los filipinos en lo que se refiere al dominio de la lengua inglesa, lo cual no
deja de ser un gran obstáculo para muchos interesados en posicionarse
laboralmente en una nave mercante.